MEMORIA HISTÓRICA
Mi reto es crear una memoria histórica: “facultad
que se tiene para conservar los acontecimientos, los fenómenos, los
sentimientos, los ideales, las normas, las costumbres y los valores autóctonos,
genuinos que caracterizan a una nación y trasladarlos al plano de la conciencia
histórica.
Dentro
de la curricula básica encontramos una asignatura que por generaciones ha
creado ciertas actitudes de rechazo, pesadez, indiferencia y falta de
involucramiento tanto por parte de docentes, padres de familia como de alumnos.
“Historia”.
Estas
situaciones han presentado insuficiencias en cuanto a la amplitud de los
contenidos, nivel de aprehensión y conocimientos generales y por consiguiente los
resultados obtenidos no son los que deberíamos vislumbrar, dada la riqueza de
material que nos da esta asignatura.
Algunos factores
atribuibles que detecto a lo largo de la preparación escolar que he tenido y de
la experiencia docente es, que la enseñanza de la historia se ha centrado principalmente
dentro del salón de clases y además, con
prácticas rutinarias que acaban por desmotivar al alumnado en esta área de
conocimiento.
Así mismo al hacer énfasis
continuo del pasado, el alumno no encuentra claramente la relación entre lo
ocurrido, con lo que permea en su vida presente.
De estas situaciones difícilmente
podremos encontrar un sentido de pertenencia o de identidad nacional acordes a lo que su dimensión
personal, local, estatal, nacional y mundial han trascendido en su entorno.
Junto a esta desmotivación
del alumno por el aprendizaje de la historia y el sentimiento de inutilidad del
aprendizaje de estos saberes, considera que su participación en la vida social
no repercute en la creación y continuidad de los sucesos que haya estudiando o conociendo,
ya que se aprecian a los protagonistas, “héroes”, personalidades, como lejanos,
sin sentirse así mismo como un ente valioso y protagónico.
Desde estas concepciones
me adentro a la necesidad de lograr movilizaciones de saberes, actitudes,
acciones, y valores eficaces y eficientes y fomentar la memoria histórica, como
parte de su presente, su pasado y su futuro.
La memoria
histórica es un concepto historiográfico de desarrollo relativamente reciente, que puede atribuirse
en su formulación más común a Pierre Nora, y que viene a
designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por entroncar con su
pasado, sea éste real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial
respeto.
La reconstrucción de la memoria
histórica debe adentrarnos a diversos ámbitos y priorizar de grupos sociales que
han sido más vulnerables tales como:
las mujeres, los afroamericanos, los indígenas, las culturas colonizadas, los
trabajadores, etc.
La reconstrucción de esta memoria no debería quedarse únicamente dentro
de un ciclo escolar con un docente comprometido y en procesos de
profesionalizaciòn, sino que también requiere un desgranamiento de aquellos
hechos que se nos han hecho aceptar como únicos y reales y buscar otras fuentes
de confrontación a lo largo de nuestra vida.
Es imprescindible que esta
memoria nos ayude a superar el pasado. Un pasado repleto de hechos y actos que
deberían ser olvidados como condicionantes del presente y del futuro, como factores
políticos.
La memoria colectiva, al igual que la memoria individual, no
conserva el pasado de modo preciso; ella lo recobra o lo reconstruye sin cesar
a partir del presente y de la visión de quien este remembrando el hecho.
Existen tantos sucesos en la historia de nuestra nación:
conquista, colonia, independencia, revolución, elecciones, movimientos… y
tantas visiones, experiencias, creencias y en esa memoria histórica cada grupo, cada persona
selecciona y hace recuento de lo que sabe, lo que le han dicho, lo que percibe
que significa uno u otro, pero existe una memoria general que recibimos por los
“vencedores”
¡Debemos empezar a actuar!,
desde nuestras aulas, con esfuerzo, entrega y compromiso, reestucturando
nuestro actuar e innovando día a día para crear conciencias sociales activas.
- Fundamentar una concepción didáctica de la historia relacionada con las demás áreas de conocimiento impartidas desde nuestras aula.
- Fortalecer la idea de nación, entendiendo ésta como la comunidad de hombres que comparten una historia y una cultura. Es una de las condiciones básicas para la existencia de cualquier nación y uno de los principales elementos para la formación de la conciencia nacional.
- Evitar la idea tradicional de la historia dedicada a la conservación y transmisión de los contenidos culturales de una generación a otra, creando una historia como instrumento de transformación del presente, si analizando el pasado, pero ver esos aciertos, dificultades tropiezos como forma de crecimiento y renovación. En donde el alumno sea capaz de debatir, opinar y crear.
Utilizando estos
principios en la escuela, motivaremos al alumno para que se conozca a sí mismo,
valore lo que hace y le vea sentido a su vida, ame su ciudad, o la zona en que
vive ayudando a transformarla y cuidarla haciendo uso de valores más tangibles.
¿Pero como lograrlo?
Tenemos largo camino por delante, iniciemos, tomando en cuenta las necesidades e intereses de nuestros alumnos.
Exploremos los conocimientos, habilidades y actitudes previas del alumno para el
aprendizaje de la historia.
Introduzcamos el tema y preparémoslo.
Permitamos que ellos expongan, debatan, evalúen y de sus conclusiones.
Fomentemos la socializaciòn dentro y fuera de la escuela.